La proyección de
imágenes animadas
Sin embargo, de mucho más interés
para nosotros que el praxinoscopio es otro invento de 1834.
Este año Molteni fabrica un fenakistoscopio cuyas imágenes pueden
proyectarse en un muro, lo que permite que sean vistas por varias
personas simultáneamente, al tiempo que produce un efecto más
dramático. Su invento era la combinación del aparato de Plateau
con un viejo invento que se utilizaba mucho desde el siglo XVII:
la linterna mágica.
La referencia más antigua a la linterna mágica es la que hace
Athanasius Kirchner, un jesuíta alemán, en 1640 en su libro
Ars Magna Lucis et Umbrae. Sin embargo será más clara la descripción
del inglés Hooke en 1668. Este mismo hombre fue el inventor
del diafragma de iris, utilizado en fotografía hasta hoy. Sin
embargo, Hooke es famoso sobre todo por su contribución a la
microscopía, y por haber sido el primero en observar una célula
al microscopio.
La linterna mágica utilizaba la llama de una lámpara como fuente
de luz y un lente para enfocar la imágen en la pared. Las imágenes
proyectadas eran dibujadas y coloreadas a mano sobre vidrios.
Fué siempre utilizada como curiosidad o como un juguete de entretención.
En el aparato de Molteni, un disco de vidrio con las imagenes
se proyectaba con ayuda de la linterna mágica. Un disco obturador
giraba en el mismo eje, dando 10 vueltas por cada vuelta del
disco de los monos. Ambos discos giraban en forma continua.
El mismo Molteni hizo una importante modificación a su propio
invento y Dealy lo adaptó en un aparato que llamó coretoscopio.
En este, el disco de las imágenes se movía intermitentemente,
pasándose una imagen por cada revolución del obturador, lo que
hacía más eficaz el sistema. Se trata del primer aparato de
mecanismo intermitente que se usa para animar imágenes.
Se contaba con un medio de animar imágenes, con el nacimiento
de la fotografía, surgirá el deseo de que estas imágenes sean
obtenidas de la realidad y no simplemente dibujadas. Plateau,
el inventor del fenakistoscopio, propone en 1849 que las pequeñas
figuras sean reemplazadas por pequeñas fotografías, lo que intentarán
Claudet y Duboscq en 1851. Sin embargo para lograr una cosa
así, era necesario que pudieran tomarse fotografías en secuencia
muy rápida para descomponer el movimiento, lo que era muy difícil
dada la lentitud de las emulsiones y lo engorroso del manejo
de las placas. El invento del colodión húmedo, al acelerar la
velocidad de las emulsiones, permitió avanzar en este camino,
que conducirá finalmente al invento de la filmadora.
